El paso del tiempo queda grabado en nostoros a través de los recuerdos,
recuerdos que surcan nuestra piel, que avivan nuestra mente y nuestro corazón y en definitiva, recuerdos que nos hacen ser tal y como somos.
No deberíamos contar por tanto el paso de nuestro tiempo en años, sino en recuerdos acomulados.

Porque acudes a mi en busca de alimento? Haciéndome creer que formas parte de mi cegando mis ojos con pensamientos oscuros. Te alimentas cuando mi mente toca el suelo con la frente, cuando mis ojos se niegan a oir la verdad, cuando no quiero escuchar lo que veo.
Pero sabes? No soy tan débil como quieres creer, solo me hace falta una mota de luz; minúscula, insignificante me atrevería a decir.
Tú, que te vales de debilidades y monstruosos tormentos;
yo que me arropo con certezas y Con-SentidoS pensamientos ...

Miradas que te hablan, que te cuentan eternidades; que te cuentan verdades que los labios mienten.

Que te atraviesan el alma. 

Que piden avidez de gestos escondidos, acallados entre miradas de palabras malsonantes ...

Miradas que en tus ojos cambian, que cobran sentido de un color a otro.